Publicada en el "Heraldo de Aragón" el 4-12-2009 porArmando Fdez.*
Tenía que pasar
Esta semana estamos asistiendo a una reacción súbita y generalizada de quienes hasta ahora no habían empezado a sufrir en carne propia las infinitas incomodidades y los problemas que están causando las obras del sueño megalómano de nuestro alcalde. Los peores temores se han hecho realidad.
Por si el cierre de uno de los sentidos de la Gran Vía no había causado ya una repercusión enorme a ambos lados de un bulevar destruido en esta fecha, el corte del otro sentido ha convertido definitivamente esta avenida en una suerte de páramo sólo abierto a los amigos de lo ajeno y a la ausencia prácticamente total de todo viandante que no sea uno de los sufridos vecinos, comerciantes o profesionales de la zona. Eso en plena campaña de Navidad.
La imprevisión que dió lugar a la sorpresa de los ejecutores de la obra al comprobar que el tranvía debe circular sobre el propio muro de contención del río en algún tramo, junto con la conocida falta de financiación asegurada para una obra de tal envergadura, ya llevaron a la asociación Atranza a solicitar la paralización antes de que el desastres sea mayor.
Ante el total mutismo municipal, no quedará más remedio que acudir a los tribunales, y ello, como hemos mantenido siempre, no para hacer la guerra al tranvía, sino a semejante forma de ejecutar una obra faraónica a destiempo; sin certeza de que pueda pagarse algún día; causando el mayor perjuicio posible al ya muy golpeado sector comercial y, desde luego, sin que las anunciadas medidas "promocionales" para quienes siguen aquí intentando vender algo y salvar los muebles hayan hecho otra cosa que brillar por su ausencia en este `Sarajevo´ zaragozano.
*Presidente de la Asociación de Afectados por las Obras del Tranvía de Zaragoza. (Atranza).
Tenía que pasar
Esta semana estamos asistiendo a una reacción súbita y generalizada de quienes hasta ahora no habían empezado a sufrir en carne propia las infinitas incomodidades y los problemas que están causando las obras del sueño megalómano de nuestro alcalde. Los peores temores se han hecho realidad.
Por si el cierre de uno de los sentidos de la Gran Vía no había causado ya una repercusión enorme a ambos lados de un bulevar destruido en esta fecha, el corte del otro sentido ha convertido definitivamente esta avenida en una suerte de páramo sólo abierto a los amigos de lo ajeno y a la ausencia prácticamente total de todo viandante que no sea uno de los sufridos vecinos, comerciantes o profesionales de la zona. Eso en plena campaña de Navidad.
La imprevisión que dió lugar a la sorpresa de los ejecutores de la obra al comprobar que el tranvía debe circular sobre el propio muro de contención del río en algún tramo, junto con la conocida falta de financiación asegurada para una obra de tal envergadura, ya llevaron a la asociación Atranza a solicitar la paralización antes de que el desastres sea mayor.
Ante el total mutismo municipal, no quedará más remedio que acudir a los tribunales, y ello, como hemos mantenido siempre, no para hacer la guerra al tranvía, sino a semejante forma de ejecutar una obra faraónica a destiempo; sin certeza de que pueda pagarse algún día; causando el mayor perjuicio posible al ya muy golpeado sector comercial y, desde luego, sin que las anunciadas medidas "promocionales" para quienes siguen aquí intentando vender algo y salvar los muebles hayan hecho otra cosa que brillar por su ausencia en este `Sarajevo´ zaragozano.
*Presidente de la Asociación de Afectados por las Obras del Tranvía de Zaragoza. (Atranza).
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