¡SALUDOS!

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jueves, 1 de febrero de 2007

Fabz rechaza el Metro.

Publicado en "La Calle" en Febrero 2007

TRANVÍA O MERCEDES

Andan mosqueados los sufridos usuarios del transporte público zaragozano con la campaña de algunos políticos y empresarios en favor del metro subterráneo. Es un mosqueo natural: el paciente “esperador” del bus de las gélidas madrugadas del invierno o los tórridos días del verano duda mucho que esos que tanto pontifican sobre las ventajas del metro vayan a dejar sus coches oficiales o sus autos climatizados para bajar diariamente al “subterráneo”.
El Sr. Buesa, el Sr. Biel, los empresarios, predican las bendiciones del metro… ¡pero para los demás! Los demás tenemos que ir bajo tierra, como los conejos, para que ellos con sus volvos, audis y mercedes vayan más anchos, por arriba, viendo el paisaje. Qué bonito. No menos mosqueante resulta la suprema alegría con la que se refieren a la financiación y a las dificultades de la construcción del metro. De eso no dicen ni pío. Sabido es que éste cuesta cuatro veces más, por lo menos, que el tranvía. Pues bien, no una, sino hasta cuatro líneas nos quieren enterrar. Y bien largas: ¡hasta Cuarte, Pla-za y, por supuesto, Arcosur! ¿Las van a pagar ellos? Es muy bonito especular en el extrarradio más lejano de la ciudad, levantar viviendas, polígonos, centros comerciales, y luego que tener que pagarles, a costa de todos, un metro a la puerta de sus negocios. Pero las cifras no engañan. Cada parada de metro o tranvía tiene un número de clientes potenciales determinado por la población que la rodea. El metro está concebido para ciudades muy extensas y pobladas, comunica barrios de cientos de miles de habitantes, a grandes distancias unos de otros. Pero en Zaragoza la inmensa mayoría de la población vive en un radio de apenas cuatro kilómetros del centro. Las paradas del metro tienen que estar a un kilómetro una de otra; las del tranvía, en cambio, a 300 metros. En el contorno urbano de Zaragoza la potencialidad del tranvía sobre el metro es incomparable. Las cuentas del tranvía están sobre la mesa. Ahora tendrían que decirnos cuánto costaría en millones de euros horadar esta densísima ciudad sin dañar sus edificios, cruzar el Ebro a 30 metros de profundidad, o las vías de avenida Goya, y qué clientes potenciales tendrían sus escasas paradas. Y comparar.
Pero lo más alucinante es que digan que el tranvía está “obsoleto” y que perjudica a los comerciantes, cuando en toda Europa se está implantando o se ha implantado ya en ciudades medianas como Zaragoza, e incluso mucho más grandes: Turín, Viena, Marsella, Berlín, Oslo, Milán, Nantes, Manchester, Ginebra, Munich, Lyon, Estrasburgo, Amsterdam, París, Roma, Zurich, La Haya, Grenoble, Lisboa, Colonia, y muchas más que no citamos por no aburrirles; prósperas y vitales ciudades todas ellas, y de floreciente comercio. ¿O no? Un poco de rigor señores.
Publicado por la redacción de "La Calle".

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