Publicado en el "Heraldo de Aragón" el 13-12-2009
El viejo puente vuelve a ver la luz.
La retirada del cubrimiento del Huerva ha dejado a la vista la estructura por la que, a principios de siglo, los zaragozanos cruzaban el río en la plaza de Paraíso para ir hacia las `nuevas´ viviendas de Sagasta o hacia el barrio de Torrero y que volverá a quedar tapado
Era uno de los puentes más utilizados por los vecinos para cruzar el èngorroso´río que rodeaba el núcleo urbano de la antigua Zaragoza. el Huerva, antes de que fuera soterrado en los años 20 del siglo pasado, era una pequeña barrera natural que dificultaba la expansión urbanística de la ciudad.
A comienzos del siglo, un puente de piedra permitía que los zaragozanos superaran el cauce en el punto donde en la actualidad comienza la Gran Vía, y comunicaba así el núcleo urbano con las `nuevas´ casas de Sagasta y con Torrero. el cubrimiento del Huerva de los años 20 - que en el fondo venía a ser un `gran puente´- dejó oculto bajo el pavimento de la Gran Vía este gran paso de piedra... hasta ahora.
La retirada de la loseta que cubre el Huerva ha descubierto la sorpresa que ocultaba y que pocos conocían. El viaducto que cruzaba la Gran Vía a la altura de la plaza de Paraíso no se eliminó, sino que se aprovechó su estructura para prolongar el cubrimiento. Basta con asomarse a las vallas que rodean las obras con un poco de perspectiva para verlo.
Este puente no se podía ver desde que se hiciera la primera fase del cubrimiento, la correspondiente a la Gran Vía. Las obras se prolongaron desde 1922 hasta 1929 con la dirección de Miguel Angel Navarro y de José Lobez Pueyo. La segunda fase soterró el Huerva bajo la plaza de Paraíso y el paseo de la Constitución (1922-1931) y la última, afectó a Cesáreo Alierta (1967-1971). Además de para una buena expansión de la ciudad, el cubrimiento se construyó por higien, ya que al río se vertían todo tipo de residuos.
La estructura, de piedra, no tiene gran valor, por lo que volverá a quedar oculta cuando termine la sustitución de la cubierta del Huerva. de momento, durante al menos seis meses, el que fuera testigo del paso de los zaragozanos de principio de siglo volverá a quedar al descubierto.
El viejo puente vuelve a ver la luz.
La retirada del cubrimiento del Huerva ha dejado a la vista la estructura por la que, a principios de siglo, los zaragozanos cruzaban el río en la plaza de Paraíso para ir hacia las `nuevas´ viviendas de Sagasta o hacia el barrio de Torrero y que volverá a quedar tapadoEra uno de los puentes más utilizados por los vecinos para cruzar el èngorroso´río que rodeaba el núcleo urbano de la antigua Zaragoza. el Huerva, antes de que fuera soterrado en los años 20 del siglo pasado, era una pequeña barrera natural que dificultaba la expansión urbanística de la ciudad.
A comienzos del siglo, un puente de piedra permitía que los zaragozanos superaran el cauce en el punto donde en la actualidad comienza la Gran Vía, y comunicaba así el núcleo urbano con las `nuevas´ casas de Sagasta y con Torrero. el cubrimiento del Huerva de los años 20 - que en el fondo venía a ser un `gran puente´- dejó oculto bajo el pavimento de la Gran Vía este gran paso de piedra... hasta ahora.
La retirada de la loseta que cubre el Huerva ha descubierto la sorpresa que ocultaba y que pocos conocían. El viaducto que cruzaba la Gran Vía a la altura de la plaza de Paraíso no se eliminó, sino que se aprovechó su estructura para prolongar el cubrimiento. Basta con asomarse a las vallas que rodean las obras con un poco de perspectiva para verlo.
Este puente no se podía ver desde que se hiciera la primera fase del cubrimiento, la correspondiente a la Gran Vía. Las obras se prolongaron desde 1922 hasta 1929 con la dirección de Miguel Angel Navarro y de José Lobez Pueyo. La segunda fase soterró el Huerva bajo la plaza de Paraíso y el paseo de la Constitución (1922-1931) y la última, afectó a Cesáreo Alierta (1967-1971). Además de para una buena expansión de la ciudad, el cubrimiento se construyó por higien, ya que al río se vertían todo tipo de residuos.
La estructura, de piedra, no tiene gran valor, por lo que volverá a quedar oculta cuando termine la sustitución de la cubierta del Huerva. de momento, durante al menos seis meses, el que fuera testigo del paso de los zaragozanos de principio de siglo volverá a quedar al descubierto.
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