¡SALUDOS!

¡SALUDOS!

martes, 27 de abril de 2010

Hablan los responsables de TRAZA

Publicado en el "Heraldo de Aragón" el 25-04-2010

Los cerebros que conducen el tranvía
Las obras del tranvía están a punto de llegar a su ecuador y sólo queda un año para que se estrene la línea entre Valdespartera y Gran Vía. Cinco técnicos explican la complejidad de conseguir que todas las piezas de este rompecabezas de acero y hormigón logren encajar
Ana Moreno acaricia la maqueta del tranvía de la plaza de España como quien abraza un bebé recién nacido. "Es chulísimo. ¡De triste nada!", bromea ante aquellos que dicen que el Urbos 3 de CAF tiene cara de llorón. Le ha dedicado un año de duro trabajo, conoce hasta el último detalle, desde el sofisticado sistema ACR que libera el vehículo de la catenaria hasta el porqué de la forma de los asideros. Es el niño de sus ojos.
Esta ingeniera industrial zaragozana es la jefa de proyectos de CAF, la fabricante del tranvía. Llega a la réplica del Urbos 3 con Alvaro Senador-Gómez, el gerente de la UTE FCC-Acciona, la compañía que está construyendo la línea. Poco después se incorporan Carlos Blas, el responsable de la empresa encargada de la dirección de obra (Ayesa-Ingerop-Sering); Jesús Arcos, el arquitecto del estudio Alday-Jover, que ha diseñado la integración urbana de la infraestructura; y Roberto Lagomarsino, el director de construcción y puesta en marcha. Son los cerebros del tranvía, los responsables de que todas las piezas encajen.
Cuando suben a la réplica del vehículo, Ana Moreno rápidamente se convierte en cicerone. Se detiene en los cambios aplicados durante la fase de diseño a la estructura de las ventanas, para que ganaran altura y dieran más amplitud, luminosidad e integración al coche del tranvía. Apunta el diseños de los pulsadores, los contrastes cromáticos, la forma de los asideros para facilitar la accesibilidad... "El gris le da un aire muy europeo y elegante", afirma el arquitecto Jesús Arcos.
Todos se muestran satisfechos con el resultado del tren que ha diseñado CAF. Comprenden la expectación ciudadana que ha causado la maqueta (ayer la habían visitado más de 50.000 personas), aunque para ellos no es lo mismo. "Para nosotros no tiene el efecto `¡uau!´, porque lo vemos todos los días. Pero es un tranvía que está en el `top´, al nivel del de Burdeos", afirma Roberto Lagomarsino.
El efecto mariposa
Son las caras visibles de un proyecto multidisciplinar en el que cada uno de los elementos no es independiente de los demás. "Es parecido a un Tetris, en el que las piezas van cambiando. Por eso debe haber una comunicación muy fluida entre nosotros", dice Moreno. "Es como el efecto mariposa. Todo lo que tocas en un sitio se transmite a los demás, desde la integración urbana hasta el propio vehículo", afirma Roberto Lagomarsino. Álvaro Senador-Gómez lo tiene claro: "La clave es la integración".
Carlos Blas se encarga de la dirección facultativa. No es capaz de concretar cuáles son los principales problemas con los que se está encontrando la obra. "La gran dificultad es el propio día a día, la complejidad del proyecto y la necesidad de integración de todos los actores. Actuamos en toda la ciudad, en una longitud muy grande", comenta. A su juicio, "no se trata sólo de poner una vía". "Si fuera así, no sería un proyecto tan interesante", concluye.
"Estamos actuando en zonas muy urbanas, consolidadas, con unos servicios antiguos, con materiales obsoletos o con acometidas que ni siquiera están en los planos", afirma Carlos Blas. Precisamente la obra en el subsuelo , lo que no se ve, es uno de los elementos destacados. "La renovación de servicios es todo un desafío", añade Roberto.
Álvaro Senador Gómez estubo trabajando en la construcción de la Expo y ahora se encarga de la del tranvía. Destaca, por ejemplo el esfuerzo que se ha hecho para renovar por completo el cubrimiento del Huerva, con la sustitución de 404 metros de losa. "Ha sido un trabajo muy complejo" reconoce.
Para este ingeniero de Caminos madrileño el principal problema a la hora de ejecutar la obra ha sido la convivencia con el tráfico. "Pero se ha resuelto bien, sobre todo porque la parte del Ayuntamiento con la que estamos trabajando es la de Movilidad".
Luego están los plazos, otra complicación añadida. "Todo se debe hacer a un ritmo frenético", admite Arcos. A un año de que se inaugure la línea entre Valdespartera y gran Vía, no hay margen para el despiste. "Es una carrera de fondo", sugiere el arquitecto ante el asentimiento general. "Hay que ir al mismo ritmo que en la salida", añade Lagomarsino.
"Lo peor sería la indiferencia"
¿Y cómo viven los responsables de la obra el debate sobre si es buena o no esta infraestructura? Dicen que tratan de aislarse de la polémica para concentrarse en el trabajo. "Si hay debate es porque es una obra importante. Si no hubiera una plataforma en contra, es que hacemos algo mal", comenta Jesús. "Lo peor sería la indiferencia", añade Carlos Blas.
"Conforme avancemos, dejaremos atrás el debate. Creemos que en cuanto la gente lo vea, se acabará la discusión", sostiene Roberto Lagomarsino. "Si a los ciudadanos les alteras su forma de vivir, es normal que se resistan, es normal la desconfianza. Estamos cambiando la casa de la gente", asume Jesús Arcos. Álvaro Senador-Gomez recurre al sentido práctico: "Nosotros somos todos técnicos y nos basamos en la experiencia. En otras ciudades funciona. ¿Por qué no aquí?".
Entre ingenieros, con una obra civil con 400 millones de euros de inversión, parece que no hay hueco para las emociones. Pero son conscientes que van a cambiar por completo la forma de vivir de los zaragozanos. dicen que a Ana moreno casi se le escapa una lágrima cuando se colocó la maqueta en la plaza de España. "Para nosotros este proyecto es algo especial -dice la ingeniera-. no es sólo trabajo".
Artículo de Manuel López. Foto de Esther Casas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario