Otras ciudades otras movilidades.

Publicado en el "Heraldo de Aragón" el 21-03-2010

Heraldo Abierto: Corresponsales ciudadanos
¿Están las ciudades extranjeras pensadas para el disfrute del peatón o para los vehículos?
¿Se potencia el uso de transportes sostenibles y ecológicos?
Diez colaboradores de HERALDO envían sus crónicas, que pueden leerse en HERALDO. es

EE.UU. Prioridad total de los buses escolares
MARTA IBÁÑEZ/CHICAGO. Las normas de circulación en EE.UU. pueden parecer algo extrañas para los españoles. Es común pararse en la mediana para poder cambiar de dirección, atravesar dos líneas continuas o girar a la derecha con el semáforo en rojo, y, aunque parezca mentira, todo lo anteriormente expuesto es legal.
Es curioso todo el protocolo de circulación que se lleva a cabo cuando un conductor se cruza con un autobús escolar. Existe en el manual de circulación un capítulo dedicado a estos vehículos. No se puede adelantar si el coche va detrás del bus, y si está en dirección contraria, debe también pararse hasta que todos los niños hayan subido o bajado del vehículo.
En el centro de Chicago , no es muy habitual el uso del coche privado. Los aparcamientos son muy caros: puedes pagar 20 dólares por 4 horas. Y aunque existen zonas azules, algo más económicas, estas suelen estar siempre llenas y tienen límite máximo de tiempo.

Irlanda Ayudas para comprar bicicletas.
MARÍA GALVE / DUBLÍN. Dublín tiene dos sistemas públicos de transporte: autobús y tranvía. Aunque existe carril bus, hay tanto tráfico en horas punta que hasta vas más deprisa en coche. El método de transporte usado es éste.
El gobierno irlandés, en un intento para fomentar hábitos más ecológicos, facilita la compra de bicicletas y de pases anuales de autobús siempre que se utilicen para ir al trabajo. Con la crisis y con los precios que lleva la gasolina, mucha gente se ha acogido a esta medida.

Francia Un metro con 14 líneas
El transporte público está formado por una red de metro que cuenta con 14 líneas, un servicio de trenes de cercanías, encargado de comunicar la `banlieue´ con el centro, y autobuses públicos con servicio nocturno y diurno. Todo esto tiene como consecuencia que el coche se convierta en un elemento secundario a la hora de desplazarse por la ciudad. Sin embargo, mucha gente sigue siendo partidaria del coche, ya sea por comodidad o por ganar algo de tiempo, pero desde mi punto de vista y con la oferta de transporte público existente no merece la pena, salvo para la gente que vive a las afueras.
El precio de los transportes en París es bastante caro en comparación con España, un billete de autobús tiene un precio de 1,60 euros, y un billete desde el centro al aeropuerto puede llegar a costar 8,5.

Alemania El tranvía, muy aceptado
ISABEL IBÁÑEZ / KARLSRUHE. La ciudad de Karlsruhe de 300.000 habitantes posee tranvía y su aceptación es muy buena. Hay muchas líneas que unen todos los barrios y las localidades limítrofes y, además, el viaje contemplando la ciudad es más agradable para el viajero que en el metro, que resulta más claustrofóbico. Naturalmente el tranvía genera también inconvenientes; uno de los más discutidos fue el del paso de los vagones por la zona peatonal puesto que ha generado muchos accidentes. Se está planteando desde hace años construir un paso subterráneo para dejar libre la calle a los transeuntes. Pero esta medida es muy costosa.
Hay muchas zonas limitadas a velocidades muy bajas o, incluso, totalmente peatonales. Los niños pueden jugar tranquilamente, sin miedo a los coches, que deben circular al mismo paso que circularía un peatón.

El centro de la ciudad, peatonal
JAIME RUIZ / OLDEMBURGO. El tráfico en Oldemburgo es bastante fluido. El principal problema suele ser aparcar, y hacerlo en el centro, por el día y sin pagar, es directamente imposible.
La ciudad alemana es muy diferente a la latina, y el centro aquí es completamente peatonal, por lo que existen aparcamientos cubiertos y de pago para dar cabida a la mayoría de los coches.
la gente que no vive en Oldemburgo y quiere utilizar el transporte público tiene la posibilidad de dejar su vehículo en los aparcamientos `P+R´ (park and ride), los cuales se encuentran a las afueras de la ciudad, cercanos a la autopista, a unos precios muy bajos.

Suiza Trolebús, metro y carrilbici
JAVIER SÁNCHEZ / LAUSANNE. Aquí hay tres líneas de metro, una de ellas sin conductor. Nada de tranvías. El metro ligero es rápido con buena frecuencia y puntual. El servicio de autobuses (aquí trolebús) es bastante bueno, llega a todos los puntos y el tiempo empleado es aceptable.
Además de haber carril bici, existe un espacio reservado para las bicicletas, que te permite posicionarte por delante del resto de vehículos en los semáforos. Se denomina SAS. El centro de la ciudad está peatonalizado.
Como curiosidad, Laussane es una ciudad monorrail, lo que genera muchos atascos y da pocas posibilidades de maniobra ante cualquier imprevisto.

México Conductores muy agresivos
TONY GÓMEZ / MONTERREY. En una ciudad con más de cuatro millones de personas y con un transporte público bastante deficiente e inseguro, el coche es la única opción para muchos mexicanos. Todo esto se suma al caos vial que se vive en México, donde cualquier día, a cualquier hora, te puedes encontrar en un atasco.
Conducir aquí es diferente. Los carriles no están señalados en algunas calles, los límites de velocidad no se cumplen y no es raro circular a 80 kilómetros por hora por las grandes avenidas. La circulación es densa y la forma de conducir bastante agresiva, principalmente por parte de taxis y cautobuses, quienes realizan maniobras demasiado bruscas teniendo en cuenta que transportan gente.
Cuando el clima no acompaña y llueve, todavía se vuelve más difícil conducir, llegando a producirse más de 250 colisiones al día.
Por estas razones nadie se plantea ir en bici por la ciudad, ya que las posibilidades de llegar al destino con éxito son bastante bajas.

Costa Rica `Manejar´ precisa paciencia
QUIQUE FERNÁNDEZ / SAN JOSÉ. Viajar en San José y sus alrededores es, cuando menos, una experiencia que ejercita tanto la paciencia personal como las habilidades psicomotrices de los conductores y peatones. Costa Rica y su capital son "pura vida", excepto cuando de manejar se trata.
Tan fértil es la tierra de Costa Rica que hasta los automóviles parecen reproducirse con facilidad. El tamaño del parque automovilístico es tal, que los coches tienen prohibido el ingreso al centro de la capital un día a la semana según su número de matrícula, bajo pena de multa. ¿Y dónde se mete tanto coche? La capital cuenta con una gran cantidad de aparcamientos privados, así como con la pintoresca figura del `guardacarros´, profesión no regularizada que consiste en cuidad -porra en mano- los vehículos aparcados en las aceras a cambio de la `voluntad´ del cliente.

Gutemala Mejor, dos personas por coche
JOSÉ LUIS PASCUAL / VILLA NUEVA. Me quedo perplejo, cuando analizo el tiempo que estoy en la carretera para recorrer algo más de 15 km. Ese trayecto lo realizo en muchas ocasiones en dos horas de reloj, dado que el tráfico está muy cargado. Es verdad que, si en lugar de salir a las 6.00 para llegar a tu destino a las 8.00, sales a las 5.00, llegas a tu destino a las 5.30 ¡Cosas de la vida!
Desde hace algunos años, el alcalde ha implantado algunas zonas peatonales, dando preferencia a los viandantes frente a los coches. Además, por medio de señales luminosas repartidas por toda la ciudad, se aconseja ir dos o más personas en el mismo vehículo para evitar tanto transito "innecesario".

Venezuela Viviendo en el caos
MIGUEL SANJUAN / MARACAY. La situación del tráfico en este país es verdaderamente caótica, entre otras razones, debido al boom petrolero de los años cincuenta, cuando se estimuló el uso masivo del vehículo particular subvencionando la gasolina, cuyo precio en la actualidad todavía es el más barato del mundo: 1 litro de combustible cuesta 15 veces menos que uno de agua embotellada.
La moderna vialidad de los años cuarenta no ha tenido desarrollo posterior y ha dado paso a ciudades con tránsito lento, inmóviles y atascadas, donde en las horas punta es común tardar tres horas en desplazarse de un extremo a otro de Caracas, en distancias que deberían recorrerse en media hora como máximo.