Publicado en el "Heraldo de Aragón" el 23-12-2009 por David Amador Guallar*
La solucion: un tranvía virtual
Debería considerarse la idea de instalar en Zaragoza un `tranvía virtual´en lugar de la costosa y polémica infraestructura que se está construyendo y que perjudica a los comerciantes
Ante la polémica suscitada por la construcción de la nueva línea del tranvía, como ingeniero industrial quisiera hacer unas reflexiones. Con el ánimo de ser original y obviar los problemas y el coste que supone, me pregunto: ¿y si implementamos unas vías virtuales?
La forma es sencilla. Se entierran cada pocos metros unos cilindros imantados (con el insignificante coste que conlleva, dado que no hay que levantar la calzada, sólo agujerearla), trazando una línea magnética invisible que un vehículo dotado de un sensor inductivo será capaz de detectar y desplazarse siguiéndola de forma análoga a un tranvía convencional. Si queremos darle más aspecto de tranvía, se podrían pintar unas vías en el suelo. Esto permitiría el uso compartido del carril con otros vehículos y evitaría posibles accidentes provocados por las vías.
Respecto al suministro eléctrico del tranvía actual, a través de una catenaria que requiere también de obras importantes, el vehículo que propongo podría propulsarse con hidrógenbo. El proyecto habría quedado reducido a unas pequeñas catas en la calzada, a la pintura adecuada para marcar las vías virtuales y a un vehículo de estética futurista análogo al ya proyectado y cuyas variaciones serían: sustituir las ruedas metálicas por otras neumáticas que irían camufladas bajo la carrocería, por lo que su aspecto exterior sería igual, añadir un sensor inductivo para seguir el trazado virtual y propulsarlo con un motor de hidrógeno.
Por último, una ventaja adicional. Ante el corte de algún tramo de su recorrido, se podría pasar el vehículo de conducción automática a guiado manual y desviarlo por otras calles, además de posibilitar nuevos recorridos o modificar los anteriores con sólo insertar nuevos cilindros magnéticos.
Hay otros modos de guiado virtual y otro tipo de motores ecológicos que se podrían discutir y valorar, pero por brevedad he elegido la combinación que me parece de menor coste.
El resultado: poca infraestructura, abaratamiento de costes, bajo mantenimiento, respeto total al medio ambiente, verstilidad y originalidad, además de no tener que soportar unas largas obras, con la consiguiente repercusión económica para el comercio, hostelería y ciudadanía en general.
Tendríamos el primer tranvía virtual del mundo, totalmente ecológico y que aportaría un incremento del turismo en la ciudad para conocerlo, con las ventajas económicas de toda índole que proporcionaría. Además, la idéa habría salido de nuestra antigua y querida tierra y se podría implementar en otras ciudades.
*Ingeniero industrial. Ateneo de Zaragoza.
La solucion: un tranvía virtual
Debería considerarse la idea de instalar en Zaragoza un `tranvía virtual´en lugar de la costosa y polémica infraestructura que se está construyendo y que perjudica a los comerciantes
Ante la polémica suscitada por la construcción de la nueva línea del tranvía, como ingeniero industrial quisiera hacer unas reflexiones. Con el ánimo de ser original y obviar los problemas y el coste que supone, me pregunto: ¿y si implementamos unas vías virtuales?
La forma es sencilla. Se entierran cada pocos metros unos cilindros imantados (con el insignificante coste que conlleva, dado que no hay que levantar la calzada, sólo agujerearla), trazando una línea magnética invisible que un vehículo dotado de un sensor inductivo será capaz de detectar y desplazarse siguiéndola de forma análoga a un tranvía convencional. Si queremos darle más aspecto de tranvía, se podrían pintar unas vías en el suelo. Esto permitiría el uso compartido del carril con otros vehículos y evitaría posibles accidentes provocados por las vías.
Respecto al suministro eléctrico del tranvía actual, a través de una catenaria que requiere también de obras importantes, el vehículo que propongo podría propulsarse con hidrógenbo. El proyecto habría quedado reducido a unas pequeñas catas en la calzada, a la pintura adecuada para marcar las vías virtuales y a un vehículo de estética futurista análogo al ya proyectado y cuyas variaciones serían: sustituir las ruedas metálicas por otras neumáticas que irían camufladas bajo la carrocería, por lo que su aspecto exterior sería igual, añadir un sensor inductivo para seguir el trazado virtual y propulsarlo con un motor de hidrógeno.
Por último, una ventaja adicional. Ante el corte de algún tramo de su recorrido, se podría pasar el vehículo de conducción automática a guiado manual y desviarlo por otras calles, además de posibilitar nuevos recorridos o modificar los anteriores con sólo insertar nuevos cilindros magnéticos.
Hay otros modos de guiado virtual y otro tipo de motores ecológicos que se podrían discutir y valorar, pero por brevedad he elegido la combinación que me parece de menor coste.
El resultado: poca infraestructura, abaratamiento de costes, bajo mantenimiento, respeto total al medio ambiente, verstilidad y originalidad, además de no tener que soportar unas largas obras, con la consiguiente repercusión económica para el comercio, hostelería y ciudadanía en general.
Tendríamos el primer tranvía virtual del mundo, totalmente ecológico y que aportaría un incremento del turismo en la ciudad para conocerlo, con las ventajas económicas de toda índole que proporcionaría. Además, la idéa habría salido de nuestra antigua y querida tierra y se podría implementar en otras ciudades.
*Ingeniero industrial. Ateneo de Zaragoza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario